MEDIANOCHES
Hace unos días un amiguete me comentó que el blog casi había alcanzado 100 recetas, la verdad es que ni me había dado cuenta. Y pensar que cuando empecé me preguntaba si tendría "lo que hay que tener" para no quedarme seca de ideas en dos días :))), y ahora se me acumulan las recetas pendientes por publicar y muchas más por intentar...
Ya os conté que en principio el blog principalmente comenzó para comer mejor, algo más variado y relajarme. Doy por totalmente alcanzados los tres objetivos, el "problema" es que la Cocina se ha ido convirtiendo en un viciooooo...tengo ganas de aprender técnicas nuevas, a preparar un montón de cosas, y comprarme miles de juguetes :)))). Necesito más tiempo libre ¡¡¡¡.
Ya volviendo con mi pseudo-cumple, la verdad no he preparado nada especial pero ha coincidido que creo haberme encontrado con el panecillo perfecto para el té. Así que os lo cuento, lo celebro y hala mato dos pájaros de un tiro ;-))).
Ya os comenté que iba a la busca y captura de un panecillo que fuese ligeramente dulce pero no tanto que me impidiese rellenarlo de salado... sí, sí y sí, lo sé.... ¡¡¡lo quiero todo¡¡¡.
Y como soy de las que creen que la perfección difícilmente existe, creo que si no la he encontrado me he acercado mucho. Otra cosa no, pero no me negaréis lo apetecibles que han quedado:

¿ Y porqué son casi perfectos?:
1. En las fotos creo que se aprecia bien, tiene una miga esponjosa pero no tanto que no sea perfecta para un minibocadillo salado.
2. Los hice un sábado por la noche para desayunar al día siguiente por la mañana y estaban perfectos.
3. Probé a meterlos en la tostadora, porque Chusito prefiere el pan algo crujiente (eufemismo para decir que prefiere roerlo je, je) y también perfectos.
4. Lo mejor para mí, los congele y descongele al día siguiente unos segundos en el micro y como recién hechos. Sinceramente me quedé sin palabras yno os hacéis a la idea de lo complicado que es eso je,je...y por fin siempre un bollito a mi disposición a cualquier hora¡¡¡.
La receta original la he variado ligeramente en cuanto al tipo de levadura y la cantidad de sal , dos versiones muy similares de una misma receta con resultados muy diferentes.
La primera vez opté por seguir la receta lo más fielmente posible y como no tenía levadura fresca opté por sustituirla por la levadura fresca congelada (por una cantidad ligeramente mayor) el resultado fue un bollito de miga más compacta y que ha subido notablemente menos. Pero para nada descartable, quizás más adecuado para rellenar con salado. Aquí lo véis:

La segunda vez, me apetecía comprobar el resultado con levadura seca. El resultado ha sido un panecillo increíblemente suave y esponjoso. También aumenté la la cantidad de sal, aunque muy ligeramente (la receta original añade una pizca, que entiendo es la cantidad que juntas al cogerla entre dos dedos sino corregirme...yo pizca y media generosa) pero se notó.
Desde luego son los bollitos más
todoterrenos que he hecho a día de hoy...y he probado un montón que ya iré publicando.
Ingredientes:
- 250 ml. de leche a temperatura ambiente
- 2 cucharadas grandes y llenas de miel
- 70 gramos de mantequilla derretida, pero no caliente
- 1 huevo
- 25 gramos de levadura fresca de panadería
- 500 gramos de harina de fuerza
1 - En el micro, poner unos segundos la mantequilla y la miel, para que se derrita.
2 - Se pone en el recipiente de la panificadora, en este orden, la leche tibia, la mantequilla y la miel, el huevo entero, la sal, la harina y la levadura desleida.
3 - Se amasa y se deja leudar la masa.
4 - Del mismo recipiente, ir cogiendo trozos, de unos 40 gramos y los ponéis encima de las bandejas del horno o en moldes para madalenas como yo así os quedarán de esta forma tan graciosa, cubiertas con papel de horno, y les dais forma de bola.

5 - Los ponéis separados, porque crecerán de nuevo, los pintáis con huevo batido y los dejáis reposar unos 30 minutos más.
6 - Los horneáis, arriba y abajo y ya precalentado, a unos 180 grados unos 10 minutos son suficientes pero dependerá de cada horno. Y os quedarán así:
Pero pensando en ti Zoraida, te añado también el método tradicional:
Disolvemos la levadura con la harina hasta reducirla a miguitas, agregamos el resto de ingredientes, y comenzamos a amasar en un bol amplio. Cuando esté más o menos amalgamado, pasamos a la superficie de trabajo sin enharinar. Introducimos los dedos por debajo de la masa, la estiramos y cuando se despegue (parte se quedará pegada a la superficie de trabajo) la golpeamos con fuerza contra la superficie. Repetimos esta operación muchas veces, la masa cada vez se despegará más de las manos y de la superficie de trabajo. Lo mejor es hacerlo con movimientos rápidos para evitar que se pegue tanto a los dedos. Cuando ya tenemos una masa bastante trabajada, podemos enharinar la superficie de trabajo ligeramente. Hacemos una bola doblando la masa repetidas veces hacia el interior. Dejamos reposar dos horas en el mismo bol donde hemos amasado, tapada con un paño.
Pasada ese tiempo, cortamos la masa en trozos iguales. Formamos bolitas con cada uno de esos trozos como hemos hecho anteriormente, enharinando ligeramente la superficie de trabajo, y doblando cada trozo de masa repetidas veces hacia el interior.

Los ponéis separados, porque crecerán de nuevo, los pintáis con huevo batido y los dejáis reposar unos 30 minutos más.
Los horneáis, arriba y abajo y ya precalentado, a unos 180 grados, unos diez minutos... y a disfrutar!